En el agua, el Freewave ofrece una combinación de cualidades que hace que sea fácil comprender su popularidad a lo largo de los años. Se siente grande, seguro y flotante bajo los pies cuando está en reposo, fácil de manejar y salir a las olas rompientes. Entrega potencia y acelera enérgicamente, la posición del ciclista está más atrás en el Freewave que los demás, pero las correas son fáciles de ubicar y la posición de conducción es equilibrada y cómoda. Hay mucho impulso y tracción de aleta para empujar, con el 95 liberándose bien para sentarse en lo alto de la superficie del agua, capaz de apuntar bien hacia el viento. Y sin duda es rápido: uno de los tableros más rápidos y direccionales de su clase, lo que lo convierte en una especie de arma para el juego de golpes y saltos, o trucos aéreos en la salida. Las transiciones también son muy fáciles en la Fanatic, con la anchura de los hombros para brindar apoyo durante los giros, mientras que durante las trasluchadas parece haber mucho espacio para los pies, brindando el tiempo y la practicidad necesarios para realizar los movimientos con confianza. En la ola, tomó un poco de tiempo acostumbrarse a la Freewave, especialmente si la montas desde una tabla de olas con patas delanteras más tradicional. responde mejor a una técnica más orientada hacia atrás, inclinándose hacia atrás y girando la tabla a través de su cola, redirigiéndola a través de sus aletas. Jugamos un poco con las aletas del propulsor y puedes moverlas un poco más hacia atrás en sus ranuras para que la tabla quede un poco más suelta. Por el contrario, si desea cargar el Freewave con una vela y una aleta más grandes para un trabajo más recto, las correas exteriores realmente ayudan a maximizar la velocidad de la tabla y la liberación de aire.